La Iglesia católica, siempre fiel a sí misma y a sus obsesiones, sigue a rajatabla la máxima que dice “A Dios rogando y con el mazo dando”. Viendo eso se da uno cuenta de cuan alta es su integridad y su capacidad de sacrificio para con los demás.
En unos tiempos oscuros, repletos de individuos inmorales, gente sin miramientos que no respetan nada ni a nadie han decidido, por fin, tomar partido, “hasta mancharse” como diría el poeta.
Con unos pocos días de intervalo hemos podido vivir sendas noticias que demuestran lo que dice el refrán:
- De un lado la necesidad de golpear al pecado, proteger los santos vínculos que heredamos ya desde Adán y Eva (primer unión ungida por el propio Dios). Golpear y luchar hasta la extenuación por evitar que esas parejas enfermas, tocadas por la mano del mismo demonio, puedan legalizar la unión de maricones y bolleras. Pidiendo para ello, y a pesar de que la justicia la haya ratificado de nuevo, una modificación «urgente» de la ley porque «los españoles han perdido el derecho de ser reconocidos como esposo o esposa» y el matrimonio gay es injusto.
- De otro lado la necesidad de frenar la injusticia social, poniendo para ello más interés y esfuerzos si cabe, pues para evitar eso hasta el mismo Benedicto XVI asegura al ministro de Interior español que reza por España; y por si eso no fuera suficiente, ahora aparece el mismo Rouco Varela, el adalid de los pobres y desvalidos, y ‘tranquiliza’ a los afectados por los desahucios diciendo que “Vamos a rezar por ellos”
Queda clara cual es la postura de la Iglesia ante las múltiples amenazas que vive hoy España, reserva espiritual del mundo entero. Para las cosas poco importantes golpear las leyes y evitar la unión legal de homosexuales, proteger a los fetos que abandonarán al nacer… Para evitar eso luchan hasta la extenuación, sacan a los feligreses a la calle, promueven el fundamentalismo, no acatan las leyes, hacen apología de la violencia sexual desde los púlpitos y disculpan a sus pederastas. Para las cosas realmente importantes, en cambio: la Pobreza y la Miseria de millones de españoles, ofrecen la oración, ese ligero esfuerzo sin apenas coste y de dudosa productividad.
Sepan que yo y muchos otros les agradecemos de antemano sus rezos, oraciones, salves, jaculatorias, procesiones, misas, pasea cristos, soba vírgenes e idolatra santos; pero si desean hacer un favor social, entreguen al estado todos los bienes que vienen robando desde tiempo inmemorial y que en la actualidad han incrementado todavía más y enciérrense en sus templos para que les alimente su feligresía fiel y no el Estado. Pero eso último no lo harán ¿Verdad? Ustedes saben, lo mismo que lo sé yo, que llegados a ese punto se morirían de hambre. Y sus oraciones serían papel mojado a los ojos del mismo Dios.
El Día a Diario 