70 años de Auschwitz (una introducción)

El cártel IG Farben ( formada por BASF, Bayer, Hoechst) fue uno de los que financió la campaña electoral que llevó a Hitler al poder. En pago a tan hermoso detalle IG Farben se enriqueció hasta la más completa indecencia al utilizar a mano de obra esclava de los campos de concentración nazis. Y no solo eso, fue de la manita con la Wehrmacht ejecutando un detallado plan para hacerse, al amparo de ésta, con la industria química de Austria, Checoslovaquia, Polonia, Noruega, Francia, Rusia y otros 18 países. No estuvo mal la invesión con el «monocojón».
Pero ¿quiénes ganaron más dinero con ello? ¿Los alemanes? En absoluto, no seáis tan inocentes, criaturas. Fueron los americanos y los suizos. En 1940 del total de las 324.766 acciones que componían el Cartel IG Farben únicamente 35.616 estaban en manos de personas con residencia en Alemania, el triple de esa cantidad, 86.671 acciones, estaban en manos de inversores de nacionalidad estadounidense y casi cinco veces más, 166.100 acciones, estaban en manos de ciudadanos suizos.

En estos 70 años no hemos aprendido nada. Absolutamente nada. Miramos siempre para otro lado cuando nuestras manos están manchadas de todos y cada uno de los cadáveres que produce nuestra indecente forma de vida, narcisista y vacía.
Es absolutamente necesario poner límites y controles a los poderes corporativos del mundo actual y es necesaria una revisión que saque a la luz la actual insuficiencia de los instrumentos de Derecho penal internacional ante todo ello.
No debemos olvidar estas palabras, atribuidas de forma erronea a Bertold Brech, dichas en aquellos tiempos de absoluta decadencia humana (tan parecidos a los que vivimos ahora mismo): «Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí».

Porque por más inocentes que seamos, por más que nos sintamos humanos y pensemos que el resto de Humanidad lo son, para esa minoría criminal no somos más que carne prescindible de la que solo necesitan apenas un 20% que les sirvan de esclavos.

¿Todos los integrantes de la policía desean una ley anticonstitucional que les dé impunidad criminal?

Que aparezca el representante de uno de los sindicatos de la policía en los medios defendiendo la nueva “Ley de ¿Seguridad? Ciudadana” que propone el gobierno ilegítimo del PP, es algo que ya no extraña a nadie. Los criminales anticonstitucionales herederos del franquismo han sabido perpetuarse.

Pero una cosa que nos cuesta de aceptar a la mayoría de ciudadanos, al menos a aquellos que creemos mantener la capacidad de pensar, cuestionar y tener criterio propio, es el hecho de que TODOS los integrantes de los distintos cuerpos policiales de españa acepten de manera tácita lo que pretende la nueva ley: La impunidad total y completa de las actuaciones policiales, sean éstas lo criminales que puedan llegar a ser. Pues es sabido que si deja de existir la posibilidad de un mecanismo de control —y las grabaciones ciudadanas por ahora lo son, como contrapartida de las que puedan presentar ellos— que pueda poner en evidencia los actos cometidos por dichos criminales, entraremos en una espiral de impunidad que nos acercará más a la ideología nazi de las SA y las SS que a la de unos cuerpos de seguridad democráticos que deben velar por la seguridad de las personas.

Porque no nos engañemos, si algo hemos podido ver en las actuaciones de las UIP o Mossos de los últimos años, es un uso desmedido de la violencia por parte de algunos de sus integrantes. Algo que se entiende porque en todas partes, y en los cuerpos de la policía con más razón pues se sienten legitimados, existen individuos con tendencias criminales —sádicos y psicópatas—, lo mismo que tipos con ideas políticas y sociales totalmente radicales. Y esos actos han saltado a la luz y han podido ser denunciados gracias a las grabaciones que los ciudadanos se atrevían a hacer, a veces incluso a riesgo de su propia integridad física.

A título personal, me es imposible creerme que todos y cada uno de los miles de policías de este país deseen eso. Porque si ello es así querrá decir que todos y cada uno de los miembros de las distintas policías son, por omisión y aceptación, tan criminales como esa minoría que desea quedar impune de todas y cada una de sus atrocidades pasadas y futuras. Y no me sirve como excusa el argumento tan manido ya de la “obediencia debida”, pues en la Ley Orgánica 2/1986, de 13 marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (Revisión vigente desde 13 de Marzo de 2011) puede leerse el siguiente párrafo en su preámbulo:

 Novedad a destacar es el significado que se da al principio de obediencia debida, al disponer que la misma en ningún caso podrá amparar actos manifiestamente ilegales ordenados por los superiores, siendo también digna de mención la obligación que se impone a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de evitar cualquier práctica abusiva, arbitraria o discriminatoria que entrañe violencia física o moral.

 Y como acto ilegal debe entenderse el propósito de la nueva ley que proyecta el gobierno ilegítimo del PP pues choca con el artículo 5 de esta que estamos tratando cuando en sus apartados 2 y 3 dice:

 2. Relaciones con la comunidad. Singularmente:

a) Impedir, en el ejercicio de su actuación profesional, cualquier práctica abusiva, arbitraria o discriminatoria que entrañe violencia física o moral.

b) Observar en todo momento un trato correcto y esmerado en sus relaciones con los ciudadanos, a quienes procurarán auxiliar y proteger, siempre que las circunstancias lo aconsejen o fueren requeridos para ello. En todas sus intervenciones, proporcionarán información cumplida, y tan amplia como sea posible, sobre las causas y finalidad de las mismas.

c) En el ejercicio de sus funciones deberán actuar con la decisión necesaria, y sin demora cuando de ello dependa evitar un daño grave, inmediato e irreparable; rigiéndose al hacerlo por los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad en la utilización de los medios a su alcance.

d) Solamente deberán utilizar las armas en las situaciones en que exista un riesgo racionalmente grave para su vida, su integridad física o las de terceras personas, o en aquellas circunstancias que puedan suponer un grave riesgo para la seguridad ciudadana y de conformidad con los principios a que se refiere el apartado anterior.

3. Tratamiento de detenidos, especialmente:

a) Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deberán identificarse debidamente como tales en el momento de efectuar una detención.

b) Velarán por la vida e integridad física de las personas a quienes detuvieren o que se encuentren bajo su custodia y respetarán el honor y la dignidad de las personas.

c) Darán cumplimiento y observarán con la debida diligencia los trámites, plazos y requisitos exigidos por el ordenamiento jurídico, cuando se proceda a la detención de una persona.

Esta semana pasada la policía portuguesa nos ha dado una lección de ciudadanía al ser capaces de comportarse como individuos conscientes de que más allá de criaturas uniformadas, son personas con familias e hijos a los que también están arruinando el futuro con su inacción y aceptación de políticas vejatorias para la clase obrera a la que también ellos pertenecen.

Igual sería una buena cosa que aparecieran, si es que las hay, las personas que viven bajo esos uniformes coactivos y represivos hacia sus iguales. Sería algo necesario si no deseamos terminar de nuevo con masacres arbitrarias pero basadas en la más absoluta legalidad como ya se hizo en la Alemania nazi. Es necesario endender que el hecho de que existan leyes no implica que exista la Justicia.

Similitudes entre el fin de Hitler y la actualidad del partido popular

   

Cuando Alemania estaba en ruinas y la guerra perdida, Adolf Hitler todavía reclutaba a niños y jóvenes adoctrinados del régimen nazi que estaban dispuestos a entregar su vida por la mentira de un criminal que destrozó a su país y fue responsable del asesinato de millones de personas. Era su última huida hacia el abismo

Hoy, en España, el PP repite las mismas consignas. Acorralado, después de haber cometido todo tipo de actos criminales, y que han culminado ésta semana con la declaración como testigo en el caso Bárcenas de su secretaria general: Dolores de Cospedal; se habrán dado órdenes para que salgan todos y cada uno de los cachorros del Partido Popular, esas futuras lacras sociales que coparán todos y cada uno de los cargos asignados al estilo Botella que sean necesarios, a provocar tantas maniobras de despiste como sean necesarias.

Hemos podido ver:

a un impresentable hijo de siete padres (lo siento, se me ha escapado) llamado Ignacio Fuentes  que pide que se legisle al estilo Nazi,

a un impresentable hijo de ocho padres (lo siento de nuevo) llamado Xesco Sáez que sale haciendo el saludo Nazi,

a otros niños de familia bien pero de madre mantenida (lo siento) que provocan y se ríen de gente estafada por Bankia

y, como colofón, una pintada en la plaza de toros de Pinto en la que se cantan las excelencias de Adolf Hitler. La cual, y como colmo de la desfachatez, es borrada después de la corrida de toros saliendo la impresentable de la alcaldesa diciendo que sentía una “absoluta repulsa”. Como si una pintada de ese tipo no fuera lo suficientemente vomitiva como para ser borrada de antemano.

La cuestión ahora es si con estas provocaciones los cristofascistas, descendientes de aquellos que convirtieron españa en la vergüenza de Europa, conseguirán desviar la atención de los problemas importantes.

Espero de corazón que no. 

Sobre todo porque el estado de crispación de la ciudadanía es tal que puede que caigamos en las provocaciones y se cumplan los deseos que desde hace tiempo persigue el OPUS de convertir España en Siria o Egipto, para volver a la época gloriosa en la que el enano dictador y matarife firmaba sentencias de muerte entre comida y comida mientras ellos le hacían entrar en los templos como correspondería al mismo Cristo. La época gloriosa de un país enteros sumido en la ignorancia y entregado al adoctrinamiento de más abyecto catolicismo fundamentalista.

Arturo Fernández y la «jauría» de casposos

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Hay criaturas que no saben «reventar» a tiempo. Especímenes que hubieran tenido una mínima utilidad en la mesas de la morgue pero que por alguna extraña suerte del destino o porque el autobús los esquivó a tiempo, siguen en este mundo.

El casi olvidado Arturo Fernández es un triste caso. Un más que mediocre actor de la época dorada de la dictadura que deambula por cualquier plató de mentes cerriles mendigando el plato de lentejas que no es capaz de ganarse de otro modo.

No nos entristezcamos, pensemos en él, recordémosle. Mantengámoslo en la memoria porque ya le queda poco para partir. Y cuando lo haga, ese lindo día luminoso, celebremos que un casposo descerebrado más ha partido a su cielo, a incordiar a Dios con sus estupideces.

Al margen de esto, vale la pena ver el video. La tristeza humana que emana de la mayoría (1) de tertulianos, riéndose de sus conciudadanos como si ellos estuvieran, por mor de algún toque divino o mera conciencia clasista, por encima de nosotros. Un claro ejemplo de nazismo, el mismo que emana del cerebro Mariano Rajoy, a pesar de que ahora lo esconda, .

(1) La mujer sentada a su izquierda siente vergüenza ajena