Es una noticia menor, cierto, pero en ella subyace el desprecio que, desde la más obtusa de las ignorancias, se tiene por la riqueza cultural de las lenguas. Dice así: «L’entrenador de la UE Cornellà de futbol, Jordi Roger, ha denunciat les pressions que van rebre els jugadors pel fet de parlar en català en el partit contra l’Eldense (Elda, País Valencià) per part de l’àrbitre del matx, Gallego Gambín, d’origen murcià. Segons ha explicat l’entrenador a El Món, el col·legiat del partit d’aquest cap de setmana (de la 2a divisió B) va fer comentaris cap als jugadors del Cornellà despectius amb la llengua catalana. Així, Roger ha detallat que l’àrbitre va dir: ‘Hablemos en español porque yo soy español’, i ‘yo el catalán no lo entiendo’, frases que van molestar l’equip tècnic del Cornellà, i els seus jugadors.» […] |
Pues el muchacho será muy aspañol (* Ver nota al pie), pero conoce la ley aspañola lo mismo que debe conocer la teoría de cuerdas. De todos modos es normal que de la más absoluta ignorancia no pueda recogerse otra cosa que no sea estupidez, obcecación, y simpleza.
Veamos, la constitución española, esa que él parece amar en su afán patrio de Santiago y cierra aspaña, dice en su título preliminar, en su artículo 3 y en el punto 1 que “El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla”. Esto es así porque para los aspañoles, en aspaña hay más lenguas habladas por los aspañoles de obligación: euskera, catalán, gallego, bable… O sea que a ese pobre tipo le iría bien saber que el catalán, por desgracia para los catalanes, también es una lengua española. Dicho esto y sin salirnos de este mismo punto podemos leer que los aspañoles (hasta los de obligación) tenemos el deber de conocerla, algo que cumplimos todos y cada uno de los catalanes, y el derecho a usarla; o lo que es lo mismo, y en un idioma que esa pobre criatura pueda llegar a comprender: “en nuestra casa la hablamos si nos sale de los cojones”.
En el punto 2 podemos leer: “Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.” O sea que ese pobre imbécil debería saber que uno, en su comunidad, habla otra lengua aspañola: su lengua materna. Y si eso no le gusta, no pasa nada, que se quede en su tierra, con su “pijo” en la boca todo el día. Nadie necesita en Catalunya a criaturas como él, que para imbéciles ya tenemos los nuestros y andamos sobrados.
En el punto 3, y último, se lee: “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.” Es este un punto que el pobre muchacho no va a entender jamás, lo sé. Contiene vocablos tales como “patrimonio cultural”, algo vetado a los adoradores de la Ignorancia; y contiene vocablos tan terribles como “respeto” y “protección”, algo que un imbécil sin asomo de empatía solo puede sentir hacia sí, pues más allá de su triste cuerpo no conoce más que una absoluta Nada envuelta de Vacío e Inexistencia.
NOTA: Es tal la vergüenza que siento por esta españa actual que prefiero referirme a ella como aspaña (con la “s” aspirada”) en el más puro estilo garrulo cerrazón. La España que desearía y en la que me sentiría integrado, sería una españa republicada, federalista y laica; sin reyes de vómito, sin curia pederasta, homófoba y misógina; y con un alto sentido del respeto mutuo y la Justicia Social. Mientras ella llega permitidme llamarla de este modo.